Publicada el 4 de junio de 2010 en El Día de Cuenca y otros, supongo.
El cuerpo humano puede hacerse más
flexible gracias al entrenamiento (las gimnastas no están rotas, es que han entrenado para parecerlo). En cambio, los objetos no pueden. Una viga de madera no se cerchea más allá de lo que su
naturaleza se lo permite. Si hablamos de los conceptos, en fin, yo diría que la flexibilidad no es una cualidad que pueda aplicárseles. Así que el mercado de trabajo (que no sé si es un
objeto o un concepto) no puede ser ni más ni menos flexible. Cuando el FMI, la OCDE, la UE, el BM, la CEOE, el MAO (este organismo a lo mejor no existe, pero lo mismo sí) y más gente
importante dicen, a pesar de todo, que tiene que serlo, lo que dicen (usted ya lo sabe) es que el despido tiene que ser más barato. Díaz Ferrán apuesta por el colmo de la flexibilidad, que es
el despido gratis o el ahí te quedas que aplica como nadie en sus empresas. Zapatero -comedido él-dejará en treinta y tres días por año la indemnización por servicios prestados, cifra que ya
existe pero a la que los empresarios renuncian porque prefieren pagar cuarenta y cinco y no se hable más. Creo que con ese cambio los empresarios no van a hacer cola en las oficinas del inem
para contratar desempleados y estoy seguro de que a Rajoy le parecerá mucho y poco a la vez. Pero los libros de Historia dicen que cuando el despido era gratis los empresarios tampoco hacían
cola: la hacían los obreros, que esperaban a la puerta de las factorías que un compañero reventase para ocupar su puesto.
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